Banalizar la vida humana.
¿Por qué me ha dado por este tema? No lo sabría explicar claramente, pero así lo siento. Percibo una ola de banalización importante en los asuntos humanos. En todos los aspectos, "como tiene que ser", para conseguir rebajar niveles de conciencia, de conocimiento. Todo acaba siendo banal, sin importancia, da lo mismo. En política, en educación, en el sexo, en el cuidado de otros..... Nada es importante, tú no eres importante, déjate banalizar, serás más feliz, sin conciencia, sin preguntas, sin ser. Así ni siquiera sufrirás, aparentemente. Todo es un jiji, y un jaja, todo es guay y superpositivo. Así te vacías de significado y todo es ya posible, sobre ti, sin que te quejes. La formación tiene que ser muy "divertida", o no. Tendrá que ser interesante, porque el sector del ocio es otro y no es el educativo. Divirtámonos y estemos positivos, ya si aprendemos recursos o nos encontramos indefensos y estresados, pues un poco de mindfulness (del barato, que del bueno también hay). Los sentimientos también hay que banalizarlos, que los auténticos tienen demasiada fuerza, y la debilidad es más manejable. Freud no dijo que todo fuese sexualidad, dijo que todo era energía. Usarla por meros impulsos biológicos o por decisiones conscientes, eso ya, es un asunto nada banal. La educación no es banal, implica preparar personas para que cuenten con conocimiento y recursos para manejarse en la vida, para poder tomar decisiones en libertad, no para ser obedientes a un sistema. Banalización es convertir a una persona en algo inferior a lo que podría llegar a ser, y eso, es tremenda responsabilidad. Banalizar la vida humana es un gran peligro. Parece más alegre en el presente, pero es más oscura en el futuro.
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Dominar. Viejas escuelas que permanecen.
Veo algunos anuncios de cursos, talleres, charlas etc... que se titulan cosas como "Domina tu mente" "Domínate a ti mismo" "Domina tu cerebro" "Controla tu vida" cosas así que tanto nos gustan cuando funcionamos en niveles básicos. Dominar y conocer no son verbos que se conjuguen juntos. Dominar implica reducir a un otro sujeto, o al objeto de conocimiento. Reducirlo a niveles de posible dominio. Es cobarde, es pobre y es aburrido. Un viejo patrón repetido. Una copia continua sin capacidad creadora. Moldes cerrados. Conocer pertenece a otro modelo relacional. Porque todo es relación. Conocer es acercarse, observar, respetar y aprender sin necesidad de reducir, ni a un otro, ni a un objeto complejo de conocimiento. Dominar es perder, porque reduce a un otro, reduce el potencial conocimiento y reduce la relación con el otro sujeto, o con el objeto de conocimiento. Ni se domina la mente, ni el cerebro, ni el hígado. Dominar es matar. Es aburrido por repetitivo. Nos mantiene en modo supervivencia. Conocer es amar. Crea continuamente. Posibilita avanzar. Contamos, todos y todas, con las dos posibilidades. Y elegimos cómo utilizarlas. EL GRUPO
La gran fuerza, pero ¿Cómo? ¿Cualquier grupo? Uno de los recursos clave en la gestión del estrés es el apoyo social. Entonces, me dicen, ¿salimos por ahí con gente y nos encontraremos mejor? Va a ser que no es tan "pasivo" el recurso. Existen diferentes tipos de apoyo social, como estilos de persona y grupos. Ni todos somos iguales ni necesitamos lo mismo. Nos juntamos y nos juntan en grupos sin entender estas cosas y generamos conflictos donde no se precisan. Todo en la vida es relación, y el grupo es la fuerza clave, la gran potencia. ¿Qué constituye la fuerza de un grupo? Lo que ata, lo que estructura, lo que fortalece y mantiene. El grupo es potencia y es posibilidad ¿Cómo organizamos el grupo? Lo negativo une fuerte, muchos grupos se fortalecen en el chisme, el cotilleo, el odio o la envidia, bajas pasiones humanas que constituyen grupos unidos. Nada como tener o crear un enemigo exterior para constituir un grupo. ¿Es eso todo? ¿Bajas pasiones y emociones de confrontación? ¿podemos girar estos comportamientos automáticos? Los grupos sin enemigo exterior se unen menos. No hay fuerte vínculo. Ser respetuosos y colaborar es algo menos emocional, y por lo tanto la energía no se concentra. ¿Qué podemos hacer? Construir enemigos propios. Preparar grupos para las crisis, como hacen los bomberos, urgencias, etc... Sólo la crisis unirá al grupo, porque es el enemigo exterior. La fuerza natural del grupo para luchar contra un enemigo hay que saber utilizarla. La naturaleza es como es, negar la realidad no es útil, es mucho esfuerzo para poco resultado. Lo importante es observarla, conocer su forma de actuar y aprender a tratarla adecuadamente. El grupo no se fortalece sin un objetivo exterior, un enemigo construido que establezca una unión de actuación. El juego competitivo debe utilizarse, pero no para atacar o destruir, sino para resolver. La pregunta no resuelta es "el enemigo" a batir. Comprendamos la naturaleza y utilicémosla para generar beneficios compartidos. Otros ya lo hacen y generan beneficios y crueldad. Cotilleemos sobre una pregunta, es decir, pensemos sobre un problema y generemos la misma percepción "siempre temporal" de integración en un grupo, de pertenencia, una pertenencia más sana, para el individuo, para el grupo y para la organización. Utilicemos las energías y las emociones con conocimiento y con claridad. La naturaleza no puede ser negada, porque siempre aparece, lo que podemos es aprender a utilizarla. Cerebro y mente trabajando conjuntamente. Como los girasoles buscan el sol. El proceso de una conversación ¿Hacía donde se dirige?
¿La conversación aporta, cierra, muere o revive? ¿Cómo deja tu mente? Llevo muchos años coordinando grupos de aprendizaje activos. Una de las claves fundamentales que he aprendido y desarrollado, es observar el discurrir de las conversaciones. Hablamos de trabajo. He visto cómo la mente quiere escapar del esfuerzo, se distrae, busca elementos lúdicos, cotilleos, risas....Escapa. Necesita parámetros de tema, espacio y tiempo. Qué queremos de ella y ofrecerle un marco, y un objetivo a lograr. En tiempo definido. Una conversación comienza, se desarrolla, se transmuta varias veces y se cierra. ¿Cómo queda tu mente tras una conversación? Mi trabajo, enseñar, es más bien mostrar conocimiento para ver cómo se procesa y, sobre todo, orientar y reorientar conversaciones de aprendizaje. Una capacidad difícil de explicar, pero real. Dirigir conversaciones con un objetivo es dirigir la energía mental hacia la efectividad, temporal. He practicado la meditación con buenos maestros ¿Para tener calma? Si, un poco, pero lo interesante es la metodología para la mente que la meditación presenta: orden, secuencias y manejo. Método. la calma es sólo una necesidad, el trabajo es posterior. La mente precisa de dos aspectos para ser potentemente eficaz: - Comprenderla y calmarla EL ESTRES, ALIADO DEL CAMBIO | ANA VARELA | Casa del Libro - Organizarla y ordenarla en su proceso. De forma temporal. ORGANIZACIONES INTELIGENTES; COMO DESCUBRIR Y DESARROLLAR EL TALENTO EN LA EMPRESA | ANA VARELA | Casa del Libro De forma temporal, insisto, la mente necesita información sobre lo que le pedimos, estructura y recursos, así como espacios de recuperación del esfuerzo. A la mente no se la castiga, a la mente se la reorienta con calma y paciencia. Tampoco se la deja divagar eternamente sin objetivo, plan, decisión o acción, la mente se estropea. Una conversación es un recurso de élite para generar conocimiento, pero requiere un marco, una estructura, un acuerdo de funcionamiento y una dirección. Y en ello estamos, preparando nuevos programas de conversaciones, con marco, con dirección, para quien quiera trabajar, y quien no quiera y prefiera chismorrear, libre es. El grupo y la conversación. Los recursos más potentes, con método. Si la tecnología avanza, ¿Porqué no avanzamos nosotros? ![]() Conviene, de vez en cuando, detenerse ante las palabras y pensarlas. Dar por hecho, lo hacemos bien, pero avanzamos, en ocasiones, dando tumbos. Talento es una palabra que ya nos viene bien para todo. Buscar y atraer talento, fidelizarlo, gestionarlo, crear talento.... Pero ¿Qué es el talento? y, ¿Qué tipo y nivel de talento buscamos? Talento, justicia, amor... grandes palabras con las que, en principio, estamos todos y todas de acuerdo. Pero cuando instrumentalizas el concepto, cuando lo bajas a tierra, cuando lo conviertes en real, es decir, comportamientos concretos... ahí es cuando igual ya el acuerdo no es unánime. Pero no hay otra forma para no perdernos, y para manejar la realidad con las manos. Talento, realmente, tenemos todas y todos, pero ¿Cuál? Eso ya es más complicado, porque se precisan especialistas capaces de ver el específico talento de cada persona, y salir de modelos estandarizados, que no nos dejan ver más allá de lo que nos han dicho que veamos. Ver, vemos todos, pero ver con un modo profesional, eso es talento y trabajo. Quién tiene talento, se le supone una diferente forma de "ver", de procesar y relacionar la información de manera que ofrezca resultados de alto valor, resultados diferentes, piezas de conocimiento, producción, etc.... que se diferencien y ofrezcan un algo más. Sin embargo, quien "ve" diferente y relaciona la información de una manera distinta, puede que lo haga con toda la información a su alrededor. Y eso no es fácil, pedirle a alguien que tenga esa diferencia, ese pensamiento "disruptivo" para producir, y que luego para el resto de la vida sea "normal" es mucho pedir, me parece a mí. El talento, no se genera en el momento y lugar que el "yo" decida, el talento precisa nutrición informativa, nutrición social, etc... un contexto generador. El talento lo tiene una persona, si encuentra entorno para presentarlo, para cultivarlo. ¿Tenemos entornos cultivadores de talento? ![]() El cerebro busca incansablemente el bienestar, es su función, mantenernos vivos en las mejores condiciones posibles. El bienestar es imprescindible, equilibra, da seguridad, confianza, motiva de forma estable. Entonces ¿Debemos huir de todo malestar? Depende. ¿Queremos tener procesos positivos, en los que todo vaya medianamente bien y no encontremos dificultades? Es una opción, pero proporciona poco aprendizaje y cambio. ¿Entonces hay que buscar el malestar? No tanto. Pero hay que aprender a atravesarlo y sacarle partido. Mi recomendación suele ser "no te estanques en el malestar, permite que te atraviese y te informe de su significado". Aprende a aprender. Las emociones positivas generalizadas, que tanto se llevan ahora, tiene un gran peligro. No permiten aprender demasiado, no posibilitan transformaciones, análisis, malestares que promueven cambios, creación profunda. Si todo va bien ¿Para qué vas a cambiar? Si no tienes un problema ¿Para qué vas a aprender a resolverlo? Aprendizajes pertinentes. El bienestar es imprescindible, pero sin malestar, sin desorganización que nos mueva a nuevas organizaciones, poco cambio se dará. Ser capaz de gestionar el malestar y la incertidumbre, sin bloquearnos, utilizándola para crear y construir,es una alta capacidad imprescindible en el presente-futuro. Pero no se nace así, se aprende, cómo todo, y se puede enseñar. ¿Quieres saber cómo se aprende? Con método y entrenamiento. ¿Solos? Mira que nos empecinamos.
El cerebro tiene la función de reducir la incertidumbre rápidamente. Se percibe como un riesgo para la supervivencia, así que tenemos dos reacciones rápidas: huir o luchar. Reducir el peligro, la incertidumbre, es la gran función del cerebro. Nos genera estrés para poder huir o luchar, incrementa nuestra energía y otros parámetros para poder salir vivos del peligro. Matamos la incertidumbre o huimos de ella. Y mantenemos la vida. Aunque también mantenemos patrones mentales resolutivos, modelos sociales, etc. Función de mantenimiento y estar dentro de lo conocido, donde ya sabemos manejarnos. Función necesaria pero no suficiente. ¿Cómo resolvemos problemas complejos si no somos capaces de resistir incertidumbre, inseguridad y cierto malestar necesario asociado al cambio? Existe una forma clara y potente para resistir la incertidumbre y el malestar. El grupo. Recurso clave en la gestión del estrés. ¿Cualquier grupo o relaciones? Aquellas que "nutren", tanto emocional como instrumentalmente. es decir, relaciones que te permitan sentirte protegido y te ayuden a resolver. El grupo como potenciador de recursos. Hoy, que tanto hablamos de la necesidad de resolver problemas complejos, pretendemos que los resuelva el individuo, y no es suficiente. Los problemas complejos requieren al grupo. ¿Y ya está? No, no está, el grupo requiere un marco específico de funcionamiento. Establecer un grupo de colaboración temporal, para resolver problemas complejos, precisa una forma específica de trabajo mental consciente. La mente debe ser orientada y encaminada en un proceso específico de funcionamiento para poder colaborar. Lo de juntarnos a pensar no es suficiente, porque ¿cómo pensamos? ¿Según se van asociando cosas en nuestra mente sin orientación? ¿Con un proceso enfocado en un tema específico? ¿Desde nuestras emociones y juicios de valor del otro? Necesitamos decirle a la mente cómo queremos que funcione, durante un tiempo. Orientarla para que pueda ofrecernos resultados. Colocar nuestra mente dentro de un marco específico y temporal de funcionamiento. Recordemos todo esto cuando a un niño o niña le digamos que se vaya a un rincón... a pensar. Así, sin orientación, ni proceso, ni acompañamiento, ni preguntas. A pensar.... Si no aprendemos a orientar el proceso de pensar..... ![]() Queremos recursos, trucos y técnicas para sentirnos mejor, para reducir el estrés, el malestar y la negatividad. Recursos existen, pero el gran recurso eres tú. Tú aplicando los recursos. Me explico, mis cursos y talleres tienen el título de "Gestión activa del estrés", que, con lectura automática, entendemos que se trata de hacer muchas cosas, de ser muy activo. No, no es eso. Gestión "activa" implica gestión "protagonista" y lo explico al comienzo de todos los cursos. Activo implica ser protagonista y sujeto del proceso, no un objeto pasivo que recibe recursos. Sino un sujeto activo que aplica, intenta, aprende, modifica, etc... Un ser que se construye. En algunos cursos, tras la finalización, encuentro en los comentarios frases como "Voy a ver si lo intento". Intentarlo, o no, es libre, todo proceso de transformación lo es. Pero si no lo intentas, el recurso permanece inactivo. Es como tener un smartphone de calidad pero no ponerle la tarjeta. Existe, pero de forma potencial a sus posibilidades. Podemos saber respirar para calmarnos, fragmentar problemas para resolverlos, comunicarnos reguladamente, etc... Saber es un paso imprescindible pero insuficiente. Si los recursos, conocimientos y saberes no se aplican, permanecen siempre en modo "potencial". Imprescindible para el cambio, insuficiente para cambiar. El paso clave es aplicar. Clave y difícil, ¿Por qué? Porque implica voluntad, y sobre todo, decisión y compromiso. Somos capaces de comprometernos con trabajos horribles, con personas que no nos tratan bien, pero ¿comprometernos con nosotros mismos? Eso cuesta más. Nos cuesta a todos. Encontramos tiempo para hacer las tareas más tediosas del mundo, pero, para cuidarnos a nosotros mismos... nunca hay tiempo..... jerarquía de valores aprendida que nos constituye. ¿Y si pruebo y me sale mal? Nos da miedo una especie de decepción potencial asociada. ¿Y si sale bien? Solo la realidad nos lo dirá, la acción. Recordemos que toda competencia consta de tres partes: saber (conocer), saber hacer (aplicar) y hacerlo de determinada manera. En la gestión activa del estrés, como en cualquier competencia, saber es necesario; aplicar y construir un proceso de entrenamiento, resulta imprescindible para conocer en mi propia realidad. Sin la realidad y su información no hay conocimiento real. Práctica y propia realidad son contextos imprescindibles. Somos iguales, pero no somos seres estándar. Si no se aplica, no se produce aprendizaje y seguimos en el plano información, sensibilización y escasa transformación. El recurso eres tú, aplicando el recurso. Construyendo como protagonista. El desarrollo industrial nos condujo en masa a las ciudades, el trabajo virtual ¿puede volver a revalorizar la España rural? España está en un momento clave para el desarrollo rural. Recordemos que hace ya unos años, en pleno desarrollo industrial, se llevo a la población del interior de España a las ciudades, donde estaban las empresas físicas. Allí estaba el trabajo, y eso, marca toda nuestra vida. Giramos alrededor del trabajo que nos permite tener casa, comer, disfrutar del ocio…. El trabajo organiza la vida. ¿Dónde está ahora el trabajo? Cada vez en mayor medida nuestro trabajo está y estará, en la realidad virtual, en el mundo digital. No todo el trabajo, lo sé, lo sé…. pero sí gran parte. Comercio digital, procesos de asesoramiento, formación, seguros, asistentes personales, diseñadores/as, publicistas, banca, hasta ciertos servicios de salud… tantos servicios que ni siquiera imaginábamos podían ser virtuales, y seguimos creciendo. Puede gustarnos más o gustarnos menos, pero es una realidad que crece vertiginosamente. Preparémonos, y preparemos a las personas, jóvenes y mayores. Si nuestro trabajo está en la realidad virtual, todo o en parte ¿Podemos vivir dónde queramos? Pudiera ser que sí. Simplemente un vistazo a las redes y a la cantidad de nómadas digitales que encontramos nos dan una respuesta. Se puede trabajar desde cualquier lugar con wifi, si tu trabajo es virtual. Podemos viajar trabajando, o trabajar viajando. Ser un nómada digital es una posibilidad. No significa, como a veces nos dicen, estar viajando continuamente, esa es sólo una posibilidad. También podemos pasar un año en cada lugar, o ser nómadas unos meses al año, o no serlo e instalarnos y vivir donde queramos. Nuevas y abundantes posibilidades para los y las trabajadores digitales. Tener trabajo virtual es la gran revolución, y un tema que debería comenzar a enseñarse ya en las escuelas, Centros de Formación Profesional y Universidades. ¿Estamos orientando en trabajos virtuales? Fundamental porque puede abrir nuevas posibilidades a jóvenes que no consiguen ver más allá de lo “habitual” y esto no parece motivarles. Se abren nuevas formas vitales, nuevas opciones que permiten elegir. Y es sólo el comienzo. El trabajo virtual es una verdadera opción, proporciona libertad para vivir donde cada persona, grupo, o familia, lo decida. Podemos movernos por el país o vivir en otros lugares lejanos, un tiempo corto o largo. ¿Por qué no vivir en la España rural? Tenemos los servicios, las posibilidades y los recursos para hacerlo. La España rural fue abandonada como “la parte pobre” del país. Pero no es cierto, no es pobre, tiene una inmensa riqueza natural. El desarrollo industrial nos condujo en masa a las ciudades. El trabajo virtual nos permite retornar a la España rural y volver a dotarla de lo que siempre tuvo, un alto valor.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |