EL GRUPO
La gran fuerza, pero ¿Cómo? ¿Cualquier grupo? Uno de los recursos clave en la gestión del estrés es el apoyo social. Entonces, me dicen, ¿salimos por ahí con gente y nos encontraremos mejor? Va a ser que no es tan "pasivo" el recurso. Existen diferentes tipos de apoyo social, como estilos de persona y grupos. Ni todos somos iguales ni necesitamos lo mismo. Nos juntamos y nos juntan en grupos sin entender estas cosas y generamos conflictos donde no se precisan. Todo en la vida es relación, y el grupo es la fuerza clave, la gran potencia. ¿Qué constituye la fuerza de un grupo? Lo que ata, lo que estructura, lo que fortalece y mantiene. El grupo es potencia y es posibilidad ¿Cómo organizamos el grupo? Lo negativo une fuerte, muchos grupos se fortalecen en el chisme, el cotilleo, el odio o la envidia, bajas pasiones humanas que constituyen grupos unidos. Nada como tener o crear un enemigo exterior para constituir un grupo. ¿Es eso todo? ¿Bajas pasiones y emociones de confrontación? ¿podemos girar estos comportamientos automáticos? Los grupos sin enemigo exterior se unen menos. No hay fuerte vínculo. Ser respetuosos y colaborar es algo menos emocional, y por lo tanto la energía no se concentra. ¿Qué podemos hacer? Construir enemigos propios. Preparar grupos para las crisis, como hacen los bomberos, urgencias, etc... Sólo la crisis unirá al grupo, porque es el enemigo exterior. La fuerza natural del grupo para luchar contra un enemigo hay que saber utilizarla. La naturaleza es como es, negar la realidad no es útil, es mucho esfuerzo para poco resultado. Lo importante es observarla, conocer su forma de actuar y aprender a tratarla adecuadamente. El grupo no se fortalece sin un objetivo exterior, un enemigo construido que establezca una unión de actuación. El juego competitivo debe utilizarse, pero no para atacar o destruir, sino para resolver. La pregunta no resuelta es "el enemigo" a batir. Comprendamos la naturaleza y utilicémosla para generar beneficios compartidos. Otros ya lo hacen y generan beneficios y crueldad. Cotilleemos sobre una pregunta, es decir, pensemos sobre un problema y generemos la misma percepción "siempre temporal" de integración en un grupo, de pertenencia, una pertenencia más sana, para el individuo, para el grupo y para la organización. Utilicemos las energías y las emociones con conocimiento y con claridad. La naturaleza no puede ser negada, porque siempre aparece, lo que podemos es aprender a utilizarla. Cerebro y mente trabajando conjuntamente. Como los girasoles buscan el sol.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |