El estrés, podríamos decir que es una relación, como casi todo en la vida humana. ¿Pero una relación entre qué partes?.
Una relación entre la situación que percibimos compleja o difícil y la valoración de los recursos con los que percibimos contamos para afrontarla. Es una relación interna. Realizamos dos valoraciones, casi siempre inconscientes, y prácticamente simultáneas:
El estrés es una reacción de nuestro organismo útil y necesaria ante los peligros y amenazas que percibimos para nuestra vida. Nuestro cuerpo se altera rápidamente para poder realizar las acciones que nos permiten salvar nuestra vida biológica. Dos reacciones con las que nacemos gracias a nuestro organismo: huir o luchar. Un activo del organismo ante los peligros vitales. Imaginemos que vamos por la calle y alguien intenta robarnos con una navaja en mano, un peligro que nos genera estrés, nuestro organismo se activa y produce modificaciones energéticas, químicas, etc que nos hacen reaccionar instantáneamente intentando huir o bien forcejeando. Como se suele decir «si me intentasen robar, no sé si correría o atacaría”. Cierto, se trata de una reacción rápida, inconsciente y automática, y no sabemos lo que haremos. ¿Pero qué hacemos cuando la supervivencia no es vital, sino social, psicológica, relacional? ¿Empleamos los mismos mecanismos de lucha o huida? El estrés tiene como base emocional el miedo. Unas veces se disfraza de enojo para poder luchar, y otras toma la máscara de la tristeza, para abandonar. ¿Seguiremos luchando cuando de lo que se trata es de resolver?
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Es la «primera vez en la historia» en la que no vamos a desplazarnos por trabajo, porque el trabajo está en la realidad virtual, si somos teletrabajadores. Es la primera vez en la historia en la que un importante numero de personas pueden desplazarse, cambiar su localización, viajar o mudarse sin depender de la localización de su trabajo. Porque, por primera vez, estamos simultaneando dos realidades, la física y presencial, con la realidad virtual, en nuestra vida cotidiana, acciones de gestión, trabajo… Hemos sido nómadas muchas veces, viajando en busca de caza en épocas primitivas, buscando trabajo y emigrando, pero ahora nos moveremos por diferentes criterios, y no serán unos pocos jóvenes o innovadores digitales, viajeros o trotamundos. En pocos años, incluso ya, las personas podrán localizarse en cualquier lugar de su país o del mundo. No seremos todos, puesto que existen puestos de trabajo que requieren presencia física, pero se abren innumerables posibilidades para nuevas formas de vida que conviene analizar. Tenemos ante nosotros nuevas oportunidades y formas de vida, mejor imaginar que esperar a que llegue y nos coja sin recursos. Sin prepararnos. Tres aspectos empezarán a ser esenciales en este nuevo mundo laboral: competencias digitales, idiomas y apoyo emprendedor. Es la primera vez en la historia en la que un elevado número de personas van a trabajar en la realidad virtual, y los desplazamientos no serán por trabajo, una nueva revolución global. Si tenemos estrés, lo primero es calmarse un poco. Necesidad.
Cuando tenemos estrés, cuando vivimos una cierta situación como una amenaza, nos encontramos en alerta vigilante y, lo que más solicitamos, es una forma de calmarnos. Lo necesitamos. Trabajamos la respiración consciente, la meditación, relajación, mindfulness (consciencia), auto instrucciones, o distracción revitalizante. Todos buenos recursos para calmar la mente y la emoción. Si no calmamos la mente, ésta no funciona de forma eficaz, no puede analizar y determinar posibilidades, puesto que está en modo reactivo tratando de salvarnos la vida. Está bien que funcione a favor de mantenernos vivos, pero en la vida cotidiana no es necesario que sufra tal susto, y lo mantenga. Calmar la mente, en un proceso de estrés, es necesario y clave, y si lo hacemos al comienzo mejor. Reducimos el desgaste. Calmar la mente requiere esfuerzo y aprendizaje, pero nos proporciona bienestar bastante directo, nos va bien. ¿Pero es suficiente? Depende de para quién y de la situación que genera estrés, no es algo estándar. Una vez calmados, un tanto, la percepción de amenaza será menor y el miedo disminuirá, mayor equilibrio. Para algunas personas puede ser suficiente. Para otras no ¿Por qué? Porque necesitan incrementar su percepción de control de la situación, y esto requiere recursos cognitivos e instrumentales. Otra forma de pensar y una diferente manera de hacer. Crear un plan B. Una alternativa, una nueva posibilidad, también calma nuestra mente, no sólo meditar, que también. Tener un plan B implica abrir caminos y posibilidades, salir de la visión en túnel, del estrecho camino en el que nos encontramos. Establecer un plan B significa entrenar la mente para generar opciones, abrir vías nuevas y flexibilizar las expectativas. En definitiva, para ser creativo y trabajar la flexibilidad. Cuando la mente ve que puede haber un plan alternativo, también se calma. Hagamos entrenamiento cognitivo en generación de opciones y posibilidades, la mente lo agradecerá. Calma por introspección y calma por expansión, ambas necesarias. https://www.ra-ma.es/libro/gestion-del-estres-laboral_106108/ Lazarus, uno de los grandes en el análisis del estrés, dedicó su trabajo a analizar la relación de la emoción, el estrés, la valoración y el manejo de las situaciones. Estableció dos procesos de valoración interdependientes: Valoración primaria: se refiere a si lo que sucede es relevante para los propios valores, creencias sobre el self y el mundo. Valoración secundaria: proceso cognitivo-evaluador que se centra en lo que puede hacer una persona sobre la relación estresante persona-medio, especialmente cuando la valoración primaria destaca la situación como una amenaza. Realizamos una especie de contabilidad entre lo que la situación me demanda y lo que tengo para resolverla adecuadamente. Siempre valorando desde nuestra propia percepción. La emoción de miedo, el malestar, el estrés en sus inicios, nos avisan de que no nos sentimos capaces de resolver. Nos faltan: conocimientos, recursos, herramientas, estrategias, habilidades. Nos puede faltar dinero (recurso concreto básico) o nos puede faltar capacidad analítica. Cada persona tiene su camino de aprendizaje y sus necesidades. Si nos faltan recursos para afrontar-calmar-resolver-crear-modificar...una situación ¿Aprendemos o nos agotamos? Si una situación nos estresa implica que consideramos que excede nuestras capacidades para afrontarla adecuadamente. Se trata de un indicador de la necesidad de generar nuevos recursos y capacidades. Avisa de necesidad y posibilidad, nuestro inteligente organismo nos da un aviso ¿Vamos a descalificar a nuestro inteligente organismo? ¿Agotamos personas o las capacitamos? ¿Reducimos el estrés mediante instrucciones claras? Una de las mejores maneras de conocer la inteligencia de una persona es pedirle que de instrucciones, con este ejercicio podemos comprobar varias cosas: 1. Vemos su capacidad para "trocear" información compleja de forma concreta y específica. Además de procesual. 2. Conocemos su capacidad para pensar desde el otro a quien da instrucciones. Un ejercicio que nos permite analizar, en formación, cuales pueden ser las necesidades de aprendizaje, especialmente en líderes, gestores/as, etc. Es decir, necesidades de aprendizaje en personas que dan instrucciones de trabajo, algo fundamental y a lo que se le ha dado poca importancia. Los líderes son aquellos que transforman la incertidumbre en acciones operativas concretas, transforman incertidumbre en información para la acción. Bonito de decirlo, pero más difícil de hacerlo. En primer lugar, precisamos organizar la información y además secuenciarla en fragmentos de proceso, secuencias, tareas, etc. Organización, planificación y gestión de procesos, con algo de creatividad generativa. El segundo lugar, y esto es fundamental, se necesita ponerse en la mente de quien recibe la información. No se trata de informar desde nosotros, sino para el otro, y, muchas veces, no se hace así. Requiere comprender la dificultad de un otro, que ni conoce lo que yo, ni ha hecho el proceso de aprendizaje que he realizado antes de dar instrucciones. Todo es nuevo para el otro. Ejemplo: Llegas a un lugar nuevo y te dan las referencias del lugar como si fueses de allí de toda la vida, no comprenden que tus referencias son otras, no pueden ponerse en tu lugar. Esto sucede mucho cuando viajas y también cuando eres nuevo en un trabajo. Dar información poco concreta, genera incertidumbre y estrés en trabajadores. Se precisa más especificidad y concreción, por favor. No ponerse en la situación del otro cuando proporcionamos información es una carencia importante, que debe ser trabajada. Con capacitación, podemos reducir estrés en los trabajadores y un alto porcentaje de conflictos inútiles que desperdician toda nuestra energía. Capacitémonos y no desperdiciemos nuestra energía. https://www.ra-ma.es/libro/gestion-del-estres-laboral_106108/ El estrés se definió como un síndrome general de adaptación, o como reacción general de alarma, para, a nivel de supervivencia, luchar o huir. Comportamientos considerados como adaptativos para sobrevivir. Adaptación, a nivel supervivencia física, pura y dura. Evitar el peligro o atacarlo para hacerlo desaparecer. Más allá de la pura supervivencia física ¿Son la huida o la lucha comportamientos de adaptación? ¿A qué queremos adaptarnos? Pensemos, analicemos, que a veces nos adaptamos a cualquier cosa, y no conviene. Antes de “curar” el estrés, démonos un cierto tiempo para ver sobre qué nos está informando, y, antes de adaptarnos, analicemos la situación y el contexto. En ocasiones, debemos calmar nuestra emoción, nuestra valoración-percepción y, desde la calma, tratar de comprender nuestro manejo en tal situación. Sin embargo, en algunos casos, y analizada la situación, quizá no nos convenga adaptarnos y precisemos transformarnos, cambiar nuestra vida, reconducirnos. Sólo necesitamos cierto acompañamiento, un alguien que nos pueda orientar en nuestro análisis y nos apoye en nuestras decisiones. Cada uno, y cada una, tiene su propia vida, y así debe ser. Pero, recordemos que adaptarse no es la única vía, también decidir alejarse puede ser un paso saludable y de crecimiento. Decide a qué te adaptas y de qué te alejas. No hay fórmulas mágicas, ni pautas estandarizadas, porque cada persona debe decidir en su propia vida, No "calmemos" el estrés para adaptarnos a cualquier situación, frenemos, analicemos y decidamos, seguir o alejarnos. No siempre conviene adaptarse. Toda decisión nos modifica, concedámosle su necesaria importancia.
El teletrabajo es nuevo para casi todos, no se trata de “trabajar en casa” y listo. Tenemos una tendencia a simplificar procesos que no son simples. Parece más “descansado” y rápido no analizar un proceso, y simplificarlo falsamente, pero tiene un coste. No hacerlo implica no conocer tal proceso y, por lo tanto, no saber cómo gestionarlo. Luego ya si las cosas salen mal, nos enfadamos, buscamos culpables y seguimos tirando de un carro-problema.
Si ya la situación actual de 2020 es suficientemente estresante, podemos añadir el tremendo cambio que supone el teletrabajo, no como “parche” momentáneo a una situación novedosa y que apenas controlamos, sino el teletrabajo como proceso ya convertido en habitual. Se detectan aspectos generadores de estrés específicos de esta nueva organización del trabajo, fundamentalmente:
No contamos ya con un contexto laboral específico, un horario establecido, unos otros que se mueven al ritmo laboral, unas transiciones casa-trabajo. Cambia el espacio (físico y social), cambian las rutinas, los sonidos, las transiciones, etc. Y nos descontextualizamos, junto con todo el cambio y las dificultades, nos toca generar un nuevo contexto que ordene y calme nuestro proceso de estrés: establecer estructura y límites espacio-temporales, generar rutinas propias y transiciones ordenadas entre trabajo y vida, y, además, construir actividades externas que nos permitan establecer relaciones sociales. El teletrabajo obliga a reorganizar toda nuestra rutina vital, si queremos realizar una gestión activa del estrés. |
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |