Si algo tenemos en este momento es estrés, por el virus, por el confinamiento, por la desescalada, por las nuevas formas de relación, por el trabajo, por casi todo. Se ha incrementado la incertidumbre, el mundo ha cambiado y adaptarse no resulta fácil. Nos genera estrés, falta de control..... No contamos "todavía" con los recursos y aprendizajes necesarios para movernos en este nuevo mundo que nos ha quedado, con cierta tranquilidad. Vamos tanteando y probando, tratando de alcanzar una nueva seguridad, un algo de bienestar. Por eso sentimos estrés, porque somos como nuevos habitantes en un país desconocido, tenemos que incorporar nuevas costumbres y nuevos comportamientos, y nos lleva esfuerzo, que duda cabe ¿Y el malestar? ¿Qué hacemos con el? Podemos convertirlo en rabia, en odio…. Queda claro que es una reacción automática y muy común. Enrabiarse y esparcir malestar....de eso sabemos. Es una opción, claro, pero ¿Es esa tu opción? Sentir rabia es natural, pero lo que hacemos con ella, con toda la energía que nos proporciona puede ser destructivo o constructivo, nosotros decidimos. Lo primero es ser capaz de reconocer esa rabia, ese malestar. Frenar, qué poco nos gusta, y analizar cómo reconducir toda esa energía, cómo transformarla y cambiar su negatividad. En el mundo en el que estamos, la palabra clave va a ser: aprender, aprender aprender, y crecer. Haz clic aquí para editar.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |