![]() Conviene, de vez en cuando, detenerse ante las palabras y pensarlas. Dar por hecho, lo hacemos bien, pero avanzamos, en ocasiones, dando tumbos. Talento es una palabra que ya nos viene bien para todo. Buscar y atraer talento, fidelizarlo, gestionarlo, crear talento.... Pero ¿Qué es el talento? y, ¿Qué tipo y nivel de talento buscamos? Talento, justicia, amor... grandes palabras con las que, en principio, estamos todos y todas de acuerdo. Pero cuando instrumentalizas el concepto, cuando lo bajas a tierra, cuando lo conviertes en real, es decir, comportamientos concretos... ahí es cuando igual ya el acuerdo no es unánime. Pero no hay otra forma para no perdernos, y para manejar la realidad con las manos. Talento, realmente, tenemos todas y todos, pero ¿Cuál? Eso ya es más complicado, porque se precisan especialistas capaces de ver el específico talento de cada persona, y salir de modelos estandarizados, que no nos dejan ver más allá de lo que nos han dicho que veamos. Ver, vemos todos, pero ver con un modo profesional, eso es talento y trabajo. Quién tiene talento, se le supone una diferente forma de "ver", de procesar y relacionar la información de manera que ofrezca resultados de alto valor, resultados diferentes, piezas de conocimiento, producción, etc.... que se diferencien y ofrezcan un algo más. Sin embargo, quien "ve" diferente y relaciona la información de una manera distinta, puede que lo haga con toda la información a su alrededor. Y eso no es fácil, pedirle a alguien que tenga esa diferencia, ese pensamiento "disruptivo" para producir, y que luego para el resto de la vida sea "normal" es mucho pedir, me parece a mí. El talento, no se genera en el momento y lugar que el "yo" decida, el talento precisa nutrición informativa, nutrición social, etc... un contexto generador. El talento lo tiene una persona, si encuentra entorno para presentarlo, para cultivarlo. ¿Tenemos entornos cultivadores de talento?
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |