El estrés, podríamos decir que es una relación, como casi todo en la vida humana. ¿Pero una relación entre qué partes?.
Una relación entre la situación que percibimos compleja o difícil y la valoración de los recursos con los que percibimos contamos para afrontarla. Es una relación interna. Realizamos dos valoraciones, casi siempre inconscientes, y prácticamente simultáneas:
El estrés es una reacción de nuestro organismo útil y necesaria ante los peligros y amenazas que percibimos para nuestra vida. Nuestro cuerpo se altera rápidamente para poder realizar las acciones que nos permiten salvar nuestra vida biológica. Dos reacciones con las que nacemos gracias a nuestro organismo: huir o luchar. Un activo del organismo ante los peligros vitales. Imaginemos que vamos por la calle y alguien intenta robarnos con una navaja en mano, un peligro que nos genera estrés, nuestro organismo se activa y produce modificaciones energéticas, químicas, etc que nos hacen reaccionar instantáneamente intentando huir o bien forcejeando. Como se suele decir «si me intentasen robar, no sé si correría o atacaría”. Cierto, se trata de una reacción rápida, inconsciente y automática, y no sabemos lo que haremos. ¿Pero qué hacemos cuando la supervivencia no es vital, sino social, psicológica, relacional? ¿Empleamos los mismos mecanismos de lucha o huida? El estrés tiene como base emocional el miedo. Unas veces se disfraza de enojo para poder luchar, y otras toma la máscara de la tristeza, para abandonar. ¿Seguiremos luchando cuando de lo que se trata es de resolver?
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |