El desarrollo industrial nos condujo en masa a las ciudades, el trabajo virtual ¿puede volver a revalorizar la España rural? España está en un momento clave para el desarrollo rural. Recordemos que hace ya unos años, en pleno desarrollo industrial, se llevo a la población del interior de España a las ciudades, donde estaban las empresas físicas. Allí estaba el trabajo, y eso, marca toda nuestra vida. Giramos alrededor del trabajo que nos permite tener casa, comer, disfrutar del ocio…. El trabajo organiza la vida. ¿Dónde está ahora el trabajo? Cada vez en mayor medida nuestro trabajo está y estará, en la realidad virtual, en el mundo digital. No todo el trabajo, lo sé, lo sé…. pero sí gran parte. Comercio digital, procesos de asesoramiento, formación, seguros, asistentes personales, diseñadores/as, publicistas, banca, hasta ciertos servicios de salud… tantos servicios que ni siquiera imaginábamos podían ser virtuales, y seguimos creciendo. Puede gustarnos más o gustarnos menos, pero es una realidad que crece vertiginosamente. Preparémonos, y preparemos a las personas, jóvenes y mayores. Si nuestro trabajo está en la realidad virtual, todo o en parte ¿Podemos vivir dónde queramos? Pudiera ser que sí. Simplemente un vistazo a las redes y a la cantidad de nómadas digitales que encontramos nos dan una respuesta. Se puede trabajar desde cualquier lugar con wifi, si tu trabajo es virtual. Podemos viajar trabajando, o trabajar viajando. Ser un nómada digital es una posibilidad. No significa, como a veces nos dicen, estar viajando continuamente, esa es sólo una posibilidad. También podemos pasar un año en cada lugar, o ser nómadas unos meses al año, o no serlo e instalarnos y vivir donde queramos. Nuevas y abundantes posibilidades para los y las trabajadores digitales. Tener trabajo virtual es la gran revolución, y un tema que debería comenzar a enseñarse ya en las escuelas, Centros de Formación Profesional y Universidades. ¿Estamos orientando en trabajos virtuales? Fundamental porque puede abrir nuevas posibilidades a jóvenes que no consiguen ver más allá de lo “habitual” y esto no parece motivarles. Se abren nuevas formas vitales, nuevas opciones que permiten elegir. Y es sólo el comienzo. El trabajo virtual es una verdadera opción, proporciona libertad para vivir donde cada persona, grupo, o familia, lo decida. Podemos movernos por el país o vivir en otros lugares lejanos, un tiempo corto o largo. ¿Por qué no vivir en la España rural? Tenemos los servicios, las posibilidades y los recursos para hacerlo. La España rural fue abandonada como “la parte pobre” del país. Pero no es cierto, no es pobre, tiene una inmensa riqueza natural. El desarrollo industrial nos condujo en masa a las ciudades. El trabajo virtual nos permite retornar a la España rural y volver a dotarla de lo que siempre tuvo, un alto valor.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |