Queremos recursos, trucos y técnicas para sentirnos mejor, para reducir el estrés, el malestar y la negatividad. Recursos existen, pero el gran recurso eres tú. Tú aplicando los recursos. Me explico, mis cursos y talleres tienen el título de "Gestión activa del estrés", que, con lectura automática, entendemos que se trata de hacer muchas cosas, de ser muy activo. No, no es eso. Gestión "activa" implica gestión "protagonista" y lo explico al comienzo de todos los cursos. Activo implica ser protagonista y sujeto del proceso, no un objeto pasivo que recibe recursos. Sino un sujeto activo que aplica, intenta, aprende, modifica, etc... Un ser que se construye. En algunos cursos, tras la finalización, encuentro en los comentarios frases como "Voy a ver si lo intento". Intentarlo, o no, es libre, todo proceso de transformación lo es. Pero si no lo intentas, el recurso permanece inactivo. Es como tener un smartphone de calidad pero no ponerle la tarjeta. Existe, pero de forma potencial a sus posibilidades. Podemos saber respirar para calmarnos, fragmentar problemas para resolverlos, comunicarnos reguladamente, etc... Saber es un paso imprescindible pero insuficiente. Si los recursos, conocimientos y saberes no se aplican, permanecen siempre en modo "potencial". Imprescindible para el cambio, insuficiente para cambiar. El paso clave es aplicar. Clave y difícil, ¿Por qué? Porque implica voluntad, y sobre todo, decisión y compromiso. Somos capaces de comprometernos con trabajos horribles, con personas que no nos tratan bien, pero ¿comprometernos con nosotros mismos? Eso cuesta más. Nos cuesta a todos. Encontramos tiempo para hacer las tareas más tediosas del mundo, pero, para cuidarnos a nosotros mismos... nunca hay tiempo..... jerarquía de valores aprendida que nos constituye. ¿Y si pruebo y me sale mal? Nos da miedo una especie de decepción potencial asociada. ¿Y si sale bien? Solo la realidad nos lo dirá, la acción. Recordemos que toda competencia consta de tres partes: saber (conocer), saber hacer (aplicar) y hacerlo de determinada manera. En la gestión activa del estrés, como en cualquier competencia, saber es necesario; aplicar y construir un proceso de entrenamiento, resulta imprescindible para conocer en mi propia realidad. Sin la realidad y su información no hay conocimiento real. Práctica y propia realidad son contextos imprescindibles. Somos iguales, pero no somos seres estándar. Si no se aplica, no se produce aprendizaje y seguimos en el plano información, sensibilización y escasa transformación. El recurso eres tú, aplicando el recurso. Construyendo como protagonista.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |