El estrés puede debilitar nuestra salud y nuestras capacidades y, al mismo tiempo, puede mejorar nuestras capacidades y desarrollo. Las paradojas no nos gustan mucho, son complicadas y requieren siempre alto conocimiento y el "depende" que tanto utilizamos los psicólogos y tan poco le gusta a la gente enfocada en resultados rápidos y acciones estandarizadas. Rápido, rápido, rápido. Pero el conocimiento ni es, ni debe ser rápido y simple. El estrés nos agota, nos desorganiza, nos genera malestar y no lo queremos, pero va en aumento, quizá debemos frenar y analizarlo en toda su complejidad. ¿Y si estamos desperdiciando una información clave? Somos muy proclives a hacerlo, si molesta, hay que deshacernos de ello. Sin analizar, todo emocionalmente y de forma automática. Simplificando la vida tampoco avanzamos mucho. El estrés nos desorganiza y ahí nos deja, a nuestra decisión y también a nuestras posibilidades. ¿Solos? No es el camino. Las posibilidades que nos ayudan a utilizar el estrés para avanzar deben proporcionarse, no exigirse, a las personas. Podemos enfermar y agotarnos hasta frenar, ya por pura necesidad. Podemos utilizar toda la información del estrés y descubrir nuestras nuevas necesidades de cambio, aprendizaje, modificación, madurez, consciencia.....una nueva etapa. El estrés posibilita el cambio, pero no lo hace solo, simplemente nos abre a tal cambio e ilumina nuestras nuevas necesidades. Y sufrimos por todo, por cambiar porque nos cuesta, por no cambiar porque nos duele. Lo mejor es no sufrir, pero ya de hacerlo, que nos lleve a una mejor o nueva situación. Aprender a cambiar es un proceso, no nace solo, es una competencia de alto nivel y complejidad, pero resulta que debemos hacerlo solos, estamos exigiendo barbaridades, y no es el camino. Si no enseñamos a cambiar, no exijamos a las personas que sepan cambiar. Sin escuela poco se puede hacer, con escuela, se modifica el futuro.
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Ana VarelaPsicóloga. Especializada en la gestión activa del estrés. ¿Qué es el estrés? Un término que hoy se utiliza de forma generalizada pero que, muchas veces, no lo comprendemos o no sabemos cómo se inicia. Lo habitual es hablar de poco tiempo, muchas tareas, pero ¿Es eso el estrés? No. Hay quien con muchas tareas es tremendamente feliz. Las situaciones nos resultan estresantes cuando no conseguimos resolverlas, porque percibimos no contamos con recursos para ello. El tiempo es un recurso, planificarlo una capacidad aprendida. El dinero también lo es, y saber conseguirlo resulta fundamental. También el conocimiento, la información, la capacidad para calmarnos, saber analizar y "trocear" los problemas para no ahogarnos, generar opciones, saber comunicar adecuadamente, construir una red social de apoyo.... todo son recursos. Y los recursos tienen su historia de aprendizaje. Tenemos recursos y carencias. Aprendizaje a lo largo de toda la vida. Cada persona necesita trabajar aquellos que no ha podido aprender o entrenar. ¿Qué recurso necesitamos? ¿Qué debemos aprender para resolver? Las situaciones estresantes se caracterizan por resultar impredecibles, y fundamentalmente por hacernos sentir que no tenemos control, que perdemos la posibilidad de manejarlas. Nos percibimos incapaces. Pero no lo somos, simplemente nos faltan aprendizajes, de diferentes tipos. En una sociedad de cambios y continuas adaptaciones, el estrés se presenta como un proceso bastante "normalizado" El estrés, al comienzo, nos avisa de la necesidad de cambiar, aprender, para las nuevas situaciones que se nos presentan. Frenemos las inercias antes de que el estrés mantenido, durante tiempo, nos obligue a frenar. ¿Y si lo “utilizamos” inteligentemente para cambiar? |